FAMILIA, SOCIALIZACION Y SOCIEDAD

El hombre a través de la historia ha dado mucho de que pensar, sobre todo, su modo de  actuar, y convivir. Desde este ámbito,  filósofos, teóricos e investigadores, han creado una serie de posturas o visiones científicas que han definido diversos enfoques al momento de plasmar categóricamente el accionar que este ha recorrido a lo largo de las eras históricas de la sociedad. Por otra parte es significativo resaltar, que un adecuado desarrollo biopsicosocial de cualquier persona, va a estar definido por su equilibrio psico-emocional  y procesos de interacción equilibrada que este desempeña en un colectivo social.

Desde esta perspectiva, La familia puede ser considerada como un grupo o colectivo de personas que habitan en un mismo lugar,  tiempo determinado y está caracterizada principalmente por la consanguinidad entre los miembros que la integran.  No obstante, la conceptualización teórica epistémica de la familia puede ir mucho más allá de los tecnicismos; sobre todo si se toma en cuenta la importancia del desarrollo socio afectivo del individuo, además, del proceso de enseñanza – aprendizaje al que está sujeto a lo largo de su vida (Educación Permanente).

En Tal sentido, el concepto inherente a la familia abarca no sólo los lazos de consanguinidad, sino también de afinidad, presentándose en muchos casos miembros adoptivos o “criados” que no tienen el parentesco sanguíneo, pero están enlazados por la afectividad de los integrantes. Desde esta vertiente, independientemente del parentesco, es importante destacar  la   acción que se genera en cuanto a los factores  que moldean la conducta del ser humano, tales como: la comunicación, el nivel de afectividad, los valores internos y el entorno socio cultural en el cual se encuentre inmerso  el grupo familiar. Es importante resaltar, que estos  factores funcionan a manera de sistema abierto, ya que cada individuo tiene una personalidad única, pero que interactúa y comparte experiencias con los miembros del grupo familiar, y este a su vez en conjunto con los factores externos.

Esta postura,  coincide con la expuesta por el autor Fernando Savater, quien definía a la sociedad “como un constructo que permanentemente se está formando y (lo que lo vuelve más complejo) autotransformando, porque obtiene de sí misma su propio sentido”. Tal proceso de interacción es conocido como socialización, que consiste básicamente en la adquisición de saberes, conocimientos, aptitudes y destrezas entre el individuo y su entorno social más allá del núcleo familiar, pero que de igual manera la involucra, ya que los factores socioculturales siempre tienen influencia sobre los distintos núcleos familiares.

En función de lo antes plasmado, autores como Vygotsky y Piaget coincidían en cierto punto de sus teorías sobre el desarrollo humano en que el individuo necesita de los estímulos externos, no sólo familiares, sino también culturales, ya que las condiciones del entorno (calle, escuela, ambiente) son factores que moldean procesos vitales en la formación biopsicosocial de los individuos demarcando aspectos claves o significantes en la adecuación de la conducta, aprendizajes entre otros;    y en cierta manera su capacidad de retención, así como la adquisición de destrezas y habilidades  que coadyuvan en el mejoramiento y consolidación de la fase madura  del individuo. Esto significa, que el individuo desde su nacimiento recibe estímulos internos (fisiológicos, irracionales) y externos (afectividad materna y paterna) de su núcleo familiar, y poco a poco se va integrando en la sociedad.

De esta manera, el individuo atraviesa por las denominadas etapas del desarrollo humano que van desde su nacimiento hasta su vejez, y por las cuales combina conocimientos, aptitudes y destrezas adquiridas del entorno familiar y social; elementos que armónicamente  redimensionan y consolidan la   personalidad y características individuales de las personas. En tal  sentido, la sociedad influye sobre la familia, y ésta recíprocamente  sobre cada  individuo que se forma en ella, generando su respectiva retroalimentación. En tal sentido, no todos los rasgos conductuales y de personalidad son ligados a la familia y el entorno o ambiente biológico (la genética); también juega un papel determinante en el desarrollo de la personalidad, ya que estos moldean mediante la interacción constante la conducta y el modo de ser de cada miembro del contexto familiar.

Cabe destacar, que especialistas y expertos en el área como: psicólogos, orientadores  y educadores se centran en la importancia de la familia y la sociedad en la formación del individuo durante las primeras etapas de vida, ya que pueden clasificar las características de los niños y jóvenes de acuerdo a su situación socio cultural, más que por los rasgos genéticos que pudiese tener. Es decir, estudian y fomentan la importancia de inculcar estructuras axiológicas que abarcan una gama significativa de valores familiares y sociales, que conllevan a obtener resultados beneficiosos  en las primeras etapas de desarrollo de los  niños y niñas, incrementando progresivamente  sus capacidades de retención y adhieren a su modo de ser y accionar cotidiano, facilitando un mejor equilibrio emocional cognoscente que los conducirá  a ser  futuros  adultos maduros.

La ética y una adecuada  enseñanza de valores,  de la mano con las diversas estrategias de enseñanza  aprendizaje, va a generar en los infantes  una genuina  enseñanza en valores, orientada  a potencializar: el respeto, tolerancia y afectividad, aunado,  que los  adultos practiquen y  transmitan a sus propios hijos, el modelo a seguir que los conlleve alcanzar la autorrealización hacia  ciudadanos de bien. Por el contrario, si el niño o la niña, crece en un ambiente de antivalores donde la violencia, la intolerancia y las malas costumbres son constantes, entonces será un adulto que rechazará el sistema social en el que este  habite. De tal manera,  la sociedad también lo rechazará y/o lo calificará de antisocial y promotor de malas costumbres y persona no grata.

Para finalizar, podemos acotar que la socialización va de la mano con la individualización en el sentido de que todo  individuo se adapta a su entorno social a partir de la familia, destacando, que  siempre mantendrá un juicio propio que será más o menos susceptible a influencias de acuerdo a su propia conducta, modelada por los valores y creencias obtenidas en el seno de su contexto familiar.

Facilitadora                                                                                   
Msc. Jeluer Cabaña

Participantes de la Maestria Orientación Educativa UPEL-IMPM

YURIS MARQUEZ
C.I.: 15.513.312

ANGEL TOVAR.
C.I:10.623.075

BLANCA RIVERO.
15.359.283.

RAFAEL ORAZMA.
15.999.451



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