La educación en el contexto moderno demanda una serie de recursos
necesarios y eficaces, para lograr su funcionamiento, a la luz de una serie de
cambios de ritmos, tendencias y tiempos marcados por una sociedad cada vez más
interrelacionada y automatizada, es aquí donde los recursos humanos y más
concretamente los docentes, administrativos y directivos juegan un rol
trascendental. Lo anterior tiene su fundamento en la perspectiva sistémica de Bertalanffy, la educación es un proceso sistémico (como por ejemplo
el Sistema Educativo Bolivariano) inmerso dentro de otro sistema llamado
sociedad (venezolana). Viene a la mente la noción de sistema abierto y todo lo
que implica, pero es necesaria otra perspectiva que abarque una respuesta más
amplia.
Siguiendo el orden de ideas, la educación
como proceso sistémico inmerso en las sociedades humanas demanda pues recursos
externos, sean humanos y/o materiales (todo sistema abierto necesita recursos
exteriores), para así evitar la entropía, el desequilibrio y extinción de dicho
sistema. Centrándose en los recursos humanos, la educación necesita
naturalmente de estudiantes, docentes, obreros, representantes y comunidad en
general para existir, pero esa existencia está condicionada al nivel de
interrelación dentro de esa organización (comunidad educativa), ese proceso de
convivencia y comunicación está a su vez condicionada por una serie de factores
individuales (personalidad, actitud, percepción, motivación, entre otros) y grupales
(grupos, conflictos, negociación, entre otros).
Lo anterior conlleva a pensar en el hecho
de que la educación deber ser manejada por recursos humanos calificados, de que
está compuesta por seres humanos, que esos humanos poseen características
individuales elementales tales como las emociones, conductas o sentimientos que
repercuten directo en lo que se conoce como comportamiento organizacional. En
este escenario aparece la gerencia educativa y la capacidad del gerente de
describir, entender, predecir y controlar el comportamiento de su organización,
el gerente educativo debe manejar los distintos conflictos y situaciones, por
medio de una buena comunicación, una formación y experiencias previas, además
de otro factor muy importante: Una visión adaptada a los actuales tiempos.
Con esta finalidad el tutor de la materia
Habilidades Gerenciales propuso a los tertulianos del grupo nro. 3 de Gerencia
Educacional (GE), para que en fecha del 07 de Diciembre de 2018 desarrollasen
una visión compleja sobre el tema que naturalmente gravita debido a lo
desarrollado previamente, los elementos claves organizacionales y su impacto en
el Comportamiento Organizacional. Para Robbins y Judge (2009) el Comportamiento
Organizacional es “…un campo de estudio que investiga el efecto que los
individuos, grupos y estructura tienen sobre el comportamiento dentro de las
organizaciones, con el propósito de aplicar dicho conocimiento para mejorar la
efectividad de las organizaciones.” (p. 10). Entonces se debe enfocar qué
elementos son claves en las organizaciones y visualizarlos, ya no sólo desde
una perspectiva sistémica, sino más bien desde una postura compleja como se demostrará
a continuación.
De este modo se desarrolló el encuentro
del viernes 07/12/2018, los tertulianos del grupo nro. 3 de Gerencia
Educacional cumplieron con la tarea asignada por el tutor de Habilidades
Gerenciales, de identificar algunos de los elementos claves para las
organizaciones: estrategia organizacional, tecnología de trabajo, cultura
organizacional, toma de decisiones, el proceso de comunicación y el poder. Por
cuestiones de tiempo y debilidades de algunos compañeros tertulianos, no se pudo
desarrollar a plenitud todo el contenido, sin embargo se logró desarrollar la
perspectiva compleja de las organizaciones y el Comportamiento Organizacional,
integrando la noción física-biológica-cultural del hombre, eliminando la
disyunción y reduccionismo de las experiencias humanas, haciendo énfasis en la
psico-antropología humana e integrando sistema, cibernética y comunicación.
A este respecto Morin (1993) en su obra El
Método I fundamenta e integra la noción de sistema en su pensamiento complejo
“…el sistema es la complejidad de base. Sobre esta base vamos a intentar seguir
el desarrollo de la complejidad de los fenómenos organizados…” (p. 178). En el
contexto organizacional no se puede pues mencionar siquiera comportamiento sin
tomar en cuenta el factor sistémico de la organización, siendo esta a su vez
una unidad que dentro de la misma se desarrollan una serie de diversidades,
interrelaciones que deben ser más flexibles, además de polisistemas cada vez
más ricos y emergentes, pero vale la pena recordar que la Teoría de Sistemas no
alcanza para explicar otros fenómenos organizacionales, como por ejemplo la
comunicación, por lo que la complejidad debe fundamentarse también en la
cibernética y la Teoría de la Comunicación.
Dentro de este marco, se identificarán
cada elemento clave organizacional, cuando se menciona la palabra estrategia,
ésta cambia radicalmente dependiendo de la perspectiva, en lo militar se
refiere a una visión táctica en búsqueda de un objetivo con efectividad y arte,
Robbins y Judge ven la estrategia íntimamente unida con la estructura de la
organización, pero desde la complejidad de Morin le da un toque más amplio y
revelador para el gerente, Morin (1987) describe que:
La estrategia permite, a partir de una decisión inicial, imaginar
un cierto número de escenarios para la acción, escenarios que podrán ser
modificados según las informaciones que nos lleguen en el curso de la acción y
según los elementos aleatorios que sobrevendrán y perturbarán la acción (p. 72)
Sobre la base de este análisis, el gerente
debe tomar en cuenta la incertidumbre y el azar como factores que influyen en
el comportamiento organizacional (crisis económica, accidentes, mal clima) y
diseñar una estrategia que logre incluso utilizar la incertidumbre a favor. De
eso se trata la complejidad, en palabras de Morin “…es un tejido (complexus: lo
que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente
asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple.” (p. 17). Significa
que el gerente debe observar al Comportamiento Organizacional como una
consecuencia de múltiples y asociados factores, sean bioquímicos, astrofísicos,
psico-antropológicos, entre otros.
A modo ejemplificador, se puede observar
la cultura organizacional como valores, conocimiento popular, conjunto de
ideas, comportamiento y estudio, pero la complejidad lo lleva un poco más allá,
integra los valores, ideas y demás manifestaciones del pensamiento humano a lo
biológico y lo físico, no se puede pensar ni crear una identidad cultural sin
neuronas, sin alimentación o retroalimentación de energía e información
(sistema abierto) ni tampoco puede siquiera existir un grupo u organización sin
un espacio o miembros que la conformen. La cultura organizacional es un sistema
de creencias, valores y principios, necesita de la comunicación necesaria para
evitar la entropía y mantener su existencia, debe retroalimentarse, el feedback
es una excelente estrategia, lo anterior se fundamenta en Wiener y su teoría de
la Cibernética de 1948.
En resumidas cuentas, la toma de
decisiones, el poder del gerente, la tecnología de trabajo y el proceso de
comunicación deben transformar sus respectivas perspectivas desde lo disyuntivo
y lo reduccionista a lo integrador y complejo, sería erróneo pretender una
decisión sobre el ascenso de un profesional sólo considerando sus cualidades
físicas o cognitivas, sin considerar el resto de los factores
bio-físico-culturales del individuo y del resto de sus compañeros, o
sobredimensionar el poder del gerente sin considerarlo como parte de la
organización (paradoja de lo uno y lo múltiple).
En efecto, no se puede describir el
impacto tecnológico sólo en nuestras emociones y/o rendimiento laboral, también
en lo biológico, por ejemplo cómo afectan los equipos en nuestra visión, ritmo
cardiaco, en la forma de sentarnos y usar nuestras manos delante de un
ordenador, también en lo social, cómo la automatización del trabajo y la
educación en concreto ha comenzado a rediseñar el modo de vida, ha prescindido
del hombre poco a poco y como a veces aleja a los miembros de las comunidades
(cuando uno se va a comer viendo las redes en vez de ir a la mesa), esto está
inmerso en la cultura organizacional, el cómo se trabaja y se utiliza la
tecnología, es una prueba más de la validez de la complejidad.
Por último, no se puede dejar de lado una
serie de consideraciones a la luz de la finalización de la tertulia, el
pensamiento complejo es un método que fue desarrollado por un genio como lo es
Morin, pero en un espacio de seis décadas, lo que nos invita obviamente a leer,
leer y más leer, no a modo dogmático-memorístico y circunstancial, más bien en
una perspectiva de hambre de información, reflexión, constructivismo y un deseo
de conocer y entender el mundo, por otro lado los tertulianos de Gerencia
Educacional 2017 - III entendieron que el Comportamiento Organizacional no debe
ser asumido rechazando lo desconocido y encerrándose en “recetas” para poder
gerenciar, hay que asumir la incertidumbre, gestionarla y controlarla, desde la
perspectiva de la complejidad.
REFERENCIAS
Morin,
E. (1993). El Método I. [Libro en
línea]. Multiversidad Mundo Real Edgar
Morin,
Una Visión Integradora. Disponible: http://www.edgarmorinmultiversidad.org/index.php/descarga-el-metodo-i-edgar-morin.html
[Consulta: 2018, Diciembre 09]
Morin,
E. (s.f.). Introducción al Pensamiento
Complejo. [Resumen en línea]. Disponible: http://cursoenlineasincostoedgarmorin.org/images/descargables/Morin_Introduccion_al_pensamiento_complejo.pdf
[Consulta: 2018, Diciembre 09]
Robbins, Stephen P. y Judge, Timothy A. (2009). Comportamiento organizacional.
Decimotercera edición. [Libro en línea]. PEARSON EDUCACIÓN, México. Disponible:
https://psiqueunah.files.wordpress.com/2014/09/comportamiento-organizacional-13a-ed-_nodrm.pdf
[Consulta: 2018, Diciembre 09]
Autores:
Camacho Betsy.
Lombano Antonio.
Pérez Walter.
Pérez Wandys.
Rodríguez Felia.